Las líneas de trabajo son paralelas en las parcelas de tierra arada.
Son los surcos de una fresa en el metal y se hinchan al nacer, las que dejan los jets en el cielo.
Son las sinuosas rodadas de una moto de reparto, de un camión de limpieza.
De cobre o de policloruro de vinilo penden y se extienden, abastecen y comunican, como las de asfalto.
Hay líneas de trabajo abiertas por bisturís y cicatrices de prolene.
Hay líneas blancas entre las líneas hechas con las líneas que forman las letras, las hay a veces.
Las hay en las columnas de platos limpios, las hay en el rastro por el cuero de un peine.
Esas son líneas de trabajo, su sentido depende del ángulo que formen las direcciones de la fuerza ejercida y del objeto sobre el que la fuerza se ejerce y no hay julio que las pueda contener a todas.